Autora: Guillermina
Había una vez un niño que no podía sacar su mano .de un tarro de dulces y su amigo lo ayudó a sacar su mano del recipiente, en el que había muchos dulces.
Aunque el niño se agarró dulce por dulce, no se lastimó porque su amigo lo ayudó.
Moraleja: no hay que agarrar de a un montón, hay que dejar dulces para los demás niños.
Qué lindo es compartir!!!
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